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viernes, 27 de septiembre de 2013

EL QUETZALCOATLUS

LA BESTIA DE LOS CIELOS


Vivía en zonas interiores con lagos, pues para complementar su dieta necesitaba pescado. Este animal se alimentaba de los restos de dinosaurios muertos, pues no podía matarlos él, a veces se daban un festín con las crías de dinosaurios como el Tyrannosaurus o el Triceratops. Con el estómago lleno, le era muy difícil elevarse, pues necesitaría más energía. También atacaba a los pájaros, casi siempre sin resultado, y esto es debido a que en su época (hace entre 68 y 65 millones de años) los  pterosaurios estaban al borde de la extinción, esto es porque las aves, con alas de plumas más fuertes que una membrana podían internarse en los bosques y volar si tener que aprovechar las corrientes de aire. Tenía un pico muy largo que le servía para coger a los pequeños animales del suelo y luego tragárselos. Tenía los huesos del cuello soldados y un cráneo de 1,2 metros. Tenía unas patas traseras muy cortas.
Los Quetzalcoatlus se alimentaban de crías de dinosaurio

 
Este animal era muy pesado (como unos 150 kg, cerca del límite máximo para el vuelo), así que tenía unas alas mucho más extensas en comparación al cuerpo que las aves, corrientes de aire cálido, y para ayudarlo aún más a volar, tenía los huesos huecos. Como en todos los pterosaurios, las alas del Qutzlcoatlus estaban formadas por una prolongación del cuarto dedo, que sujetaba la membrana. Al desplazarse por tierra, el Quetzalcoatlus apoyaba casi todo su peso sobre las patas traseras, y para mantener el equilibrio utilizaba sus manos, que podían articularse hacia atrás, es decir, cuando se apoyaba movía el dedo que formaba el ala hacia atrás, plegándola.

Este animal despegaba de golpe, dando un salto con las cuatro extremidades, y esto era posible gracias a las fibras de los músculos, el 80% de las cuales eran de contracción rápida y permitían al Quetzalcoatlus dar grandes satos, y cuando tenía la altura necesaria batía las alas a una velocidad de 50 km/h. Las alas de este animal estaban cubiertas de diminutos sensores con forma de pelo, que servían para recoger información en el aire y transimitirla al cerebro, de forma que el animal no solía perder el equilibrio. Este animal podía permanecer en el aire una semana y recorrer hasta 45.000 kilómetros en un solo trayecto.

El ojo era enorme, de 10 cm de diámetro, y poseía 100.000 nervios ópticos, lo que le daba una agudeza visual 4 veces mejor que la de un humano, además el Quetzalcoatlus podía ver en ultravioleta, se sabe que la orina refleja este tipo de luz, de forma que esta luz reflejada llegaba a los ojos del Quetzalcoatlus y le permitían localizar más fácilmente a sus presas.

El Quetzalcoatlus era un animal poco agresivo, si se enzarzaba en una pelea contra un individuo de otra especie, intentaba huir, pero en su caso, era una ardua tarea. Tenían una cresta sobre el hocico con la forma de medio plato, que era usada por los machos para atraer a las hembras, las cuales no tenían. Tras poner los huevos, las hembras los abandonaban a su suerte, de este modo menos llegaban a adultos, pero la hembra tenía tiempo de poner más huevos. Anidaban en acantilados y al pricipio las crías se alimentaban de peces.La etimología es la ciencia que estudia el nombre de las cosas. La etimología, es decir, el nombre del género Quetzalcoatlus proviene de un dios de la mitología Indioamericana, Quetzalcoatl; cuyo nombre significa serpiente emplumada. Este nombre no es muy adecuado, ya que no parecía una serpiente y no tenía plumas, aunque como demuestran algunos pterosaurios como Sordes, muchos pterosaurios tenían una capa de "pelo" llamado picnofibras.




Esqueleto del Quetzalcoatlus :

Sus primeros huesos fósiles se descubrieron en 1.971 y provocaron gran expectación. ¿Cómo podía volar un animal tan grande? ¿Cómo vivía? ¿Y por qué murió? Douglas Lawson encontró el primer hueso en las rocas del Cretácico del parque Big Bend, en Texas, EE.UU. Cuando llueve allí, la blanda roca de disgrega dejando al descubierto muchos fósiles. Lawson se fijó en unos trozos de hueso que descendían por el frente de un acantilado. Los siguió hasta arriba y encontró un hueso fósil de 1 metro de longitud que sobresalía de la roca. Extrajo una parte y se lo llevó a su profesor. Wann Langston, el profesor de Lawson en la Universidad de Texas, comprendió que el hueso pertenecía a un reptil volador, un pterosaurio. Era hueco y de paredes finas, y por lo tanto muy ligero, pero su tamaño resultaba increíble. Tomando como proporción el hueso del ala, Langston calculó que la envergadura de este animal era de unos 15 metros. Él y Lawson se apresuraron a regresar al yacimiento, esperando desenterrar el resto de este monstruo volador. Encontraron otras partes del ala, pero poco más. El enorme animal fue llamado Quetzalcoatlus. Langston inspeccionó el yacimiento durante años y encontró muchos fósiles parecidos, pero más pequeños, quizá de crías o de una especie menor.

Este animal se extinguió por culpa de las lluvias de fuego del impacto, que, a pesar de que sobrevivieron, sus miembros quedaron dañados que no podían volar, y los huevos eran devorados por los mamíferos, ningún Quetzalcoatlus sobrevivió a los primeros diez años tras el impacto.


         

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